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El Trayecto: De Kenia al mundo

  • Andrés Felipe Pérez Tamayo
  • 19 may 2015
  • 4 Min. de lectura

A veces es incomprensible entender la lógica de un grupo terrorista, pero quizá lo más grave de todo esto es que aunque sabemos lo que ocurre, no hacemos nada al respecto. Recordar que “La indiferencia también es un acto de violencia”. Lo cual es curioso, ya que si no nos preocupamos por lo que pasa en nuestro país, como lo haríamos con países como Kenia o Somalia.

¿Kenia? ¿Qué es eso? ¿Dónde queda? Es un país ubicado en el Cuerno Africano (Este), con una extensión territorial de 580.000 km2, la ochenta y tres ava economía mundial por encima de países como Camerún, Bolivia o Georgia y cuarenta y cinco (45) millones de habitantes de los cuales el 82.11% de ellos son profesantes de la religión cristiana.

Y ¿cuál es el problema? El problema, querido lector, es que este es uno de los veinte símbolos malditos de la humanidad… Un símbolo que encarna consigo la idea de la indiferencia, el dolor, la intolerancia, la muerte, la tristeza y el llanto.

Historias hay para llenar un río, pero mejor remitirnos a uno de los acontecimientos más importantes de las últimas décadas que ha pasado en Kenia. Agosto 7 de 1998, Al Qaeda Explota la embajada estadounidense en Nairobi (Kenia) en el cual mueren alrededor de 200 personas y Osama ingresa a la lista de los “10 más buscados” por el FBI; Septiembre 23 de 2013, Al Shabaab (Grupo anexo de Al Qaeda) secuestra el centro comercial Westgate y hace un tiroteo del cual mueren 72 personas, con un fin específico, aislar a extranjeros del país como una amenaza a aquellos que quisieran intentarlo.

Es por todas estas situaciones que desde el 2011, el gobierno Keniano comenzó a enviar tropas a Somalia con el fin de combatir el terrorismo Somalí fuera de las fronteras Kenianas. Pero quizá el acto más reprochable, lamentable e injustificable en términos humanos fue el ocurrido el 2 de abril del 2015. Una tragedia que supera a las narradas por Sófocles, Eurípides y Esquilo. El asesinato de 148 estudiantes cristianos estudiantes de la universidad de Garissa por parte de Al Shabaab.

No existe peor acto que aquel que infunde ideas a través del miedo, el horror y la barbarie. Que la justificación sea el asesinato es entonces una idea errónea, miope, absurda y despreciable desde donde se mire, pues la paz, la libertad y el amor no son solo pensamientos de los occidentales sino que es de todos los humanos, y en ocasiones no parecemos distanciarnos mucho de los africanos en este aspecto, o sino preguntarle a Osman Mohammed, un estudiante de 20 años de origen somalí en Kenia.

“¡Ya Basta! exclama él, basta de sádicos que toman en vano nuestra fe para asesinar a los hermanos, y manchan el nombre de ALÁ. El Islam traduce paz, y esos terroristas no hacen nada de ello… Por culpa de ellos es Islam es despreciado, las naciones se dividen y los somalíes somos los que más sufrimos por ello… La gente nos mira con desprecio y en los recintos cerrados las personas salen asustadas pensando que podamos ser terroristas, las camareras nos piden identificación e incluso he escuchado a algunos decir cosas como “Un Somalí es culpable hasta que se demuestre lo contrario”. Así que es triste pensar que aquel grupo está incluso asesinando a sus propios habitantes pero en tierra distinta”.

Pero la situación es mucho más caótica cuando se entiende que es deber del Estado velar por la seguridad e integridad de sus habitantes. ¿Cómo solucionar entonces el problema de defensa? ¿reforzar las zonas militares? o quizá la que por el momento tiene más auge, o por lo menos convence más a Uhuru Kenyatta (presidente de Kenia y antimusulmán) cortar vínculos con Somalia (la 167 economía mundial), y por cortar vínculos me refiero a sacar a toda la población Somalí refugiada en Kenia. Pero la vida, la vida no es un asunto político ni económico, la vida es eso, “VIDA” y hay que defenderla. No existe principio alguno que justifique el asesinato de un ser humano, y mucho menos el de aquellos que ni siquiera entran en esa dinámica de la guerra.

Es una lastima saber que dichas dinámicas terroristas no pararán dentro de mucho tiempo, que las ideologías connotan como enemigos a aquellos que no sigan la mismo de los otros, que no exista posibilidad de reconocer al diferente, que para ello debemos vernos en la mente del otro y que nada justifica la muerte… Bien decía Memo Ángel que en el momento en que se mata a un hombre, se mata toda la humanidad.

Por eso si Dios existe, Dios es Amor. El proveedor de la paz, lo lindo y todo lo bueno que el humano de buena voluntad anhela; la solidaridad, la libertad, el respeto, la paz, la justicia, la igualdad y el amor.

Así pues, Dios ha dejado en nuestras manos la voluntad de Él en forma de libre albedrío, por eso es nuestra la decisión de querer o no, hacer de este pequeño mundo un lugar mejor y ¿cómo? y no con esto quiero dar una lista detallada de verdades absolutas puesto que no es así, pero quizá, y no es un imposible, la conciencia del hombre por el hombre,que la muerte o la vida, sean sentidas y que sean importantes, dicen que somos un ser racional, pero la verdad es que todo lo sentimos... Desde el sonido de una ola que rompe el mar hasta las masacres en África y deslegitimar o no reconocer la humanidad de otros solo por no conocerlos, destruye consigo el instinto de preservación de la especie, la racionalidad sentimental y a la humanidad misma.

 
 
 

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