Al mundo le falta un tornillo
- Andrés Felipe Pérez Tamayo
- 21 mar 2017
- 2 Min. de lectura
Parece ser un bucle musical que se repite en el pentagrama de la vida, aquello que expresaba Carlos Gardel en su disco hace ya algunas décadas. Como si en las decisiones que los seres humanos tomamos se vislumbre el hecho de que no nacimos con un pecado original sino con una patología crónica que nos ha conducido a lo largo de los siglos a un sin fin de situaciones complejas.
Visto así, podríamos considerar que los acontecimientos de nuestra existencia no se explican mediante figuras o seres extraordinarios, sino al hecho de que en la construcción de la teleología de la humanidad hemos pasado por errores, tropiezos y retrocesos que nos han hecho pensar que al mundo le falta un tornillo.
Esta ausencia ha sido el cauce de un río lleno de atrocidades, sangre y millones de sueños destruidos a lo largo de la historia. La búsqueda por el poder podría entenderse en este sentido, pero a la vez no, pues también el poder ha sido fuente y apremio de las libertades de los seres humanos y el reconocimiento de pueblos que durante incontables generaciones fueron subyugados... esto es así porque el poder, como concepto, entraña una expresión infinita de posibilidades que no distingue de principios morales ni postulados éticos.
Por eso la pregunta ahora no es quién será el «mecánico que lo arregle» sino asumir esa responsabilidad y dar paso a una nueva pregunta que resulta más interesante ¿Cómo lo haré? No sé trata esto, de cargar a espaldas los rigores que azotan al mundo, pero si dejar de ser quien azote. Ser humano es soltar el látigo, curar heridas, evitar sufrimiento. La vida se nos da, nuestra labor es hacerla digna de vivir.
Por eso, es menester que la voluntad de tantos hombres y mujeres que asumieron esa responsabilidad se reaviven con tu esfuerzo. Desde Socrátes hasta The Beatles y de tantos poetas que sueñan estando despiertos. Por todos aquellos que se han dado para que la humanidad tenga una historia más bella que contarse…Quizá de eso se trata, de pequeñas personas con pequeños actos buscando poner el tornillo que nos falta. Quizá lo único que le falta a este mundo eres TÚ.
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